El día 4 de diciembre de 2003, el periódico cubano «Granma» publicó en portada una noticia sobre la participación de Fidel Castro en un encuentro con estudiantes estadounidenses en el Palacio de Convenciones de La Habana, ilustrada con una fotografía en la que el fallecido jefe del Estado de la República de Cuba mostraba un bigote y un peinado que recuerdan a Adolf Hitler.
En ese momento yo estaba en la capital cubana, en la que se formó un gran revuelo a causa de este hecho, circulando el rumor de que había sido un sabotaje por parte de uno de los trabajadores del medio de comunicación oficial del régimen de los hermanos Castro, el cual, se aseguraba, había huido a la «yuma» (Estados Unidos).
Por suerte, aunque fue secuestrado inmediatamente, me pude hacer —a precio de oro— con un ejemplar del diario que había comprado un conocido, encargándole a otra persona que escaneara la increíble imagen que se muestra en el enlace, y que aconsejo ampliar todo lo que sea necesario.
Durante mi estancia de investigación en Argentina (octubre-diciembre de 2000), adquirí este billete de un valor nominal infrecuente. Afortunadamente (lo pagué en dólares), no necesité otro de similar cuantía.
En el mes de febrero de 1989 el entonces líder espiritual de la revolución y jefe de Estado de la República Islámica de Irán, ayatolah Ruhollah Jomeini, dictó una «fetua» en la que impelía a todos los musulmanes a ejecutar al escritor Salman Rushdie por haber escrito, y publicado, el libro Los versos satánicos, que consideraba una grave ofensa a su religión. Incluso llegó a ofrecer una recompensa de un millón de dólares a quien le diera muerte.
El periódico «El Correo Gallego», con motivo de dicha fetua, sondeó en la calle la opinión de los estudiantes de la «Universidade de Santiago de Compostela» respecto a esta noticia, entre los que yo me encontraba pues en ese curso (1988-1989) estaba matriculado en la facultad de Medicina.